Sunday, March 12, 2006

Universidad Nacional de Córdoba


La historia del libro se escribe desde los descubrimientos de sus componentes: la escritura, el papel y la imprenta. La escritura apareció hace más de tres mil años y en la búsqueda de soportes cada vez más adecuados se llegaron a utilizar tablas de arcilla, fibras de bambú, maderas, sedas, fibras de vegetales, pergaminos, etc. Muchos años después de haberse creado la escritura se produjo el papel, en sus inicios de muy baja calidad, posteriormente en China surgió la ingeniosa fabricación del papel con mejores condiciones. Con la invención de la imprenta comienza la democratización de la enseñanza, siendo el libro uno de los mejores medios para obtener información detallada y amplia, conocer en profundidad hechos, ideas, pensamientos y acontecimientos del pasado y del presente. Lo que pierde en inmediatez, lo gana en calidad y cantidad de información. El libro como fuente de comunicación cultural es un instrumento de expresión, que enriquece la cultura del hombre, proporcionándole una mayor preparación y capacidad para enfrentar y dar solución a los problemas. Como fuente de información inmediata, el libro no tiene razón de ser; pero sí como complemento indispensable para aquellos que buscan saber más de un tema en concreto, para los que quieren obtener una visión de los hechos más pausada, más reflexiva, más desde la distancia