Sunday, November 18, 2007

CUANDO EL PASADO NOS ALCANZA

Parte de esta historia está basada en hechos reales.
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(La recibí de Bruce y quiero compartirla con vosotros. Es una buena historia para hacer cine del Bueno...)
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FR.+ RAÚL GUTIÉRREZ O.B+GC
DIRECTOR DE LA SELECCIÓN DE MAESTROS DE KENPO DE LA ORDEN BONARIA.-
C.N. 9º DAN KENPO FU SHI.

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En el año de gracia de nuestro señor de 1550 en la España del Emperador Carlos Iº vive un audaz castellano llamado Guillermo Alfonso Castilla.
Descendiente de los valientes caballeros de la reconquista e hijo de uno de los grandes conquistadores de las Américas, Guillermo es un gran marino, un gran guerrero y Capitán del Imperio Español. Se encuentra en Sud América en una grandiosa batalla contra los Incas. Miles de valerosos soldados Españoles se enfrentan a millares de Incas en una apoteósica batalla. Guillermo tiene un batallón de 200 hombres a punto de entrar en combate. Mientras se preparan para luchar, oye como algunos de sus hombres se burlan de él por algunas de sus costumbres Japonesas que cogió cuando estuvo preso en Japón. Harto de la falta de respeto y el racismo hacia él de sus hombres les da una lección.
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Tras haber comprendido todos quien es el que manda, entran en combate. Sus hombres, como el resto de soldados, prácticamente no saben luchar, como mucho dominan la espada, el mosquete y poco más. Guillermo en cambio utiliza su espada, sus manos y piernas para dar golpes mortales a sus atacantes, como si fuera un Samurai.
Los españoles vencen. Tras la batalla hay una gran fiesta. En ella 6 hombres borrachos vuelven a faltarle al respeto a Guillermo y le atacan. Durante la pelea y en defensa propia mata a dos de ellos. Los altos mandos lo juzgan y lo mandan a la prisión de un barco y de vuelta a España. Durante la travesía tiene que soportar el desprecio de sus compatriotas. No lo aceptan porque es distinto. Una vez en España lo vuelven a juzgar pero el Rey lo perdona y le entrega una misión.
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Tiempo atrás, en un viaje que hizo Guillermo a Japón para cristianizar esas tierras fue encarcelado en el castillo de un Shogun rival durante un año donde aprendió artes marciales, a hablar japonés y algunas costumbres Niponas. Debido a eso el emperador Carlos le da la misión de viajar al Japón de la era Muromachi, que se encontraba en guerra entre feudos, y abastecer de armas de fuego el feudo de los Tokugawa. También debe llevar la palabra de Dios a tierras paganas. Guillermo acepta la misión encantado de poder servir a su Rey.
En los días posteriores visita a sus ancianos padres, que viven a las afueras de un pequeño pueblo de castilla en una gran finca. Pasa los días conviviendo con ellos como nunca antes lo había hecho. Es como si se despidiera para siempre de ellos.
Al volver prepara una tripulación de 200 hombres y se embarca hacia Japón.
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Bordeando el África, la India y China, la embarcación pasa por momentos muy duros.
Durante la travesía Guillermo sufre un motín por parte de varios marineros, que consigue reducir con la ayuda de su contramaestre en el barco. El contramaestre es un tipo duro, alto, con la cabeza rapada y acostumbrado a la acción. Él y Guillermo durante el viaje se hacen buenos amigos.
En otra ocasión, intentando coger provisiones en el áfrica, se ven atacados por indígenas caníbales.
En los mares de la India y China se ven enfrentados en una batalla naval contra piratas Chinos a los que vencen después de una larga lucha. Llegó el mal tiempo. Llevaban varios días y varias noches de fuerte tormenta cuando, una noche llegan a las costas de Japón. Todos están agotados del esfuerzo de luchar contra la tormenta sin descanso. El temporal es muy fuerte y el barco pierde el rumbo.
La embarcación naufraga contra las costas de Japón. La mitad de los hombres mueren ahogados. El barco queda destruido.
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Se ven obligados a buscar ayuda. Cansados, heridos y hambrientos se adentran en tierra. Se
encuentran en territorio de un clan rival a los Tokugawa. A las horas de caminar por un bosque se encuentran con un grupo de Samuráis que iban de regreso a su castillo. Estos, antes de darles tiempo para explicaciones deducen que están allí para hacer la guerra y ayudar a otro feudo. Les atacan. Los matan a casi todos. Solo dejan con vida a Guillermo, el contramaestre del barco y cuatro hombres más a los cuales llevan a la prisión del castillo como criminales.
Una vez los encierran en la cárcel del castillo, los Samuráis informan a su Shogun del suceso. Éste condena a muerte a los españoles.
Ejecutan primero a cuatro hombres. El contramaestre y Guillermo lo ven desde sus celdas.
Después deciden ejecutar al contramaestre, pero este se vuelve loco y les ataca. Así que deciden enfrentarlo contra dos de los mejores samuráis que tienen. La lucha es intensa y dura. Durante la lucha el contramaestre mata a uno. Cuando estaba a punto de matar al segundo, un arquero le dispara en la pierna, momento que aprovecha el Samurai para matarle.
Luego le toca a Guillermo. Este no se resiste. Con las manos atadas a la espalda, lo arrodillan y ponen su cabeza sobre un tronco. Guillermo está tranquilo, parece no importarle.
Casualmente, en ese momento la hija del Shogun, la princesa Aiko llega al castillo y ve a Guillermo. Lo mira a los ojos. Él la mira a ella fijamente. Guillermo tiene una mirada serena y tranquila. Ella no comprende como alguien podía tener tanta paz en su mirada justo cuando lo van a ejecutar. Siente piedad de él.
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Aiko baja de su caballo, detiene la ejecución y le pide a su padre que no le ejecute, que le perdone la vida. El Shogun, que ama a su hija por encima de todo, se lo concede. Pero piensa que más adelante, de todos modos lo ejecutará.
A Guillermo lo encierran en la prisión del castillo, un lugar sucio lleno de ratas y gente muerta y enferma.
El celador, encargado de la vigilancia y la alimentación de los presos, los trata peor que a los cerdos. Casi no les da de comer, y lo poco que les da se lo tira a la cara.
A la semana de estar ahí encerrado, por la noche en vez de venir el celador viene Aiko, la princesa. Disfrazada de empleada en el castillo vestida con harapos, alimenta a los presos. Todo por ver a Guillermo. Este la reconoce por sus ojos y su mirada. Ella le da de comer alimentos mejores y habla con él. Siente gran curiosidad por saber quien es y de donde viene.
A la noche siguiente Aiko vuelve a hacer lo mismo. Ella, metida desde pequeña en un estricto mundo lleno de reglas, hipocresía y falsedad donde se veía obligada a seguir al pie de la letra cientos de protocolos y de normas fingiendo, en muchas ocasiones, sentirse bien con gente odiosa de la nobleza. Al tratar con Guillermo se siente liberada. Un bárbaro de tierras lejanas, fuerte y apuesto, con el que puede hablar en su propia lengua de temas como la navegación, los viajes y la astrología que la fascinan. Desde entonces, Aiko baja cada noche disfrazada de empleada a las celdas a ver a Guillermo. Entre ellos surge el amor.
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Ella se preocupa mucho de él. Lo lava, lo alimenta bien, y él la corresponde con su amor. Aquel tiempo fue uno de los más felices de la vida de Guillermo.
Al llegar el invierno deciden huir juntos de allí y vivir felices lejos de cualquier ser humano donde sus sentimientos puedan fluir con total normalidad sin temor ni tener que ser juzgados y criticados por raza, credo o cultura.
Una noche, la princesa Aiko libera a Guillermo y burlando la seguridad del castillo salen de allí.
Guillermo y Aiko, cogidos de la mano corren hacia el bosque.
Desgraciadamente un guardia desde una torre de vigilancia los ve y hace sonar la alarma.
Ellos se dirigen a las montañas.
El Shogun al enterarse de que su hija se ha escapado con el preso blanco enloquece de rabia y manda tras ellos a un grupo de los mejores Samuráis a caballo.
Los Samuráis salen a buscar a la princesa y matar a Guillermo.
Empieza a nevar.
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Guillermo y Aiko suben la pendiente de una enorme montaña nevada por donde los caballos no pueden pasar. Los Samuráis desmontan y los persiguen a pie. Guillermo al ir con Aiko no puede correr demasiado. Al poco tiempo son alcanzados por los Samuráis.
Guillermo se enfrenta a ellos bravamente. Durante la lucha uno de los Samuráis hiere accidentalmente a la princesa Aiko. La princesa cae desvanecida sobre la nieve. Guillermo enloquece. Lucha durante horas usando todos sus recursos hasta matar al último de los Samuráis. Cuando vuelve y recoge a Aiko de la nieve, la princesa está muerta. Una lágrima sale de los ojos de Guillermo, la coge cuidadosamente entre sus brazos y camina hacia la cima de la montaña con ella.
A la mañana siguiente se encuentran cerca de la cima. Guillermo la deja suavemente en el hielo y se arrodilla ante ella. A pesar de estar muerta la princesa brilla de hermosura. Ella había sido la única mujer que había comprendido a Guillermo y le había amado de verdad. Ahora esa mujer está muerta. Guillermo pega un grito desgarrador producido por el dolor de haber perdido a Aiko. Su muerte le destroza el corazón y ya no quiere vivir.
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Su fuerte grito hace eco en las montañas causando un alud. El hielo sobre el que están se abra y caen en una grieta que queda cubierta por la avalancha de nieve.
Guillermo queda sepultado junto a su amada.
Juntos para siempre.
O tal vez no.
Pasan 460 años.
Año 2010.
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Un grupo de 6 excursionistas japoneses está escalando esa misma montaña. Caminan por el hielo en fila india atados todos a una cuerda que les une, cuando al pasar el último de ellos, el hielo se rompe y cae dentro de una cueva natural.
Hace siglos eso era un bloque de hielo, pero ahora, debido al cambio climático se había derretido gran parte.
Sus compañeros le ayudan a salir. Mientras lo sacan ve que hay alguien congelado. Dos personas metidas en el hielo. Llaman al equipo de rescate.
Al sacarlos descubren que llevaban cientos de años congelados. Informan a los medios y a la policía. La noticia sale por la televisión. Kaori, una joven y atractiva historiadora que trabaja en la biblioteca de una universidad de Tokio se siente muy interesada por la noticia. Una clínica privada especializada en la investigación y recuperación de animales extintos se interesa por los cadáveres de la Princesa Aiko y el de Guillermo, sobre todo por el de este último ya que creen poderlo devolver a la vida.
La princesa murió desangrada y él simplemente quedó congelado en el hielo lo cual hace más posible su recuperación.
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La clínica consigue los cadáveres. Por la princesa no se puede hacer nada. A Guillermo lo someten a un nuevo tratamiento para reparar el tejido cerebral y descongelándolo progresivamente consiguen devolverlo a la vida.
Guillermo despierta 460 años después de su muerte en la sala de observación de una clínica privada de Tokio, entubado, enchufado a una máquina, desnudo y con agujas por todo el cuerpo.
Empieza a sacudirse y a sufrir convulsiones.
Al abrir los ojos queda aterrado.
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Los enfermeros lo atienden y desentuban. El está muy asustado, se cree maldito por los dioses y en el infierno.
Con sus primeras fuerzas golpea a los enfermeros hasta dejarlos sin sentido y sale de la habitación. Otro enfermero con una pistola de dardos tranquilizantes lo duerme de un disparo.
Despierta nuevamente atado a una cama.
Está en observación, sus constantes vitales son óptimas.
Esta vez al despertar está más tranquilo. Trata de comunicarse pero nadie le entiende. Los enfermeros le atienden. El se deja llevar. Le hacen todo tipo de pruebas. El no entiende nada. Le ayudan a lavarse y le dejan su ropa, una vez lavada, para que se vista. Guillermo se empieza a poner nervioso. No entiende nada y nadie le explica donde está y porqué está ahí.
Aparte de estar en un mundo que no le corresponde, el solo habla español y japonés antiguo y nadie entiende lo que dice.
La clínica comunica a la prensa su logro. Los periodistas, tanto de canales de televisión como de periódicos quieren saber de él para informar al mundo.
Lo tienen confinado en una habitación del área de visitas de la clínica con grandes cristaleras blindadas para que todo el mundo lo vea, como si fuera un animal del Zoo. Al verse observado por periodistas y curiosos se enfada y se pone violento. Habla, grita, pero nadie le entiende. Se ríen de su enfado.
No puede hablar con nadie, y no puede dejar de recordar a la princesa Aiko muerta en sus brazos.
Por las noches tiene pesadillas.
Entristece.
Deja de comer.
Los médicos se preocupan y buscan a alguien que pueda hablar con él.
Cuando los médicos le proponen a Kaori que vaya a la clínica y dialogue con Guillermo alucina.
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Le hace mucha ilusión pero no da una respuesta inmediata ya que está a punto de casarse y quiere comentárselo a su futuro marido.
El novio de Kaori la deja por otra esa misma semana. Ella se deprime y acepta dialogar con Guillermo con la intención de olvidar a su ex novio.
Kaori está considerada, a pesar de su juventud, una de las mayores expertas en cultura y tradiciones del siglo 16 de todo Japón. Sabe hablar japonés antiguo y algo de español de época.
A la semana siguiente se presenta en la clínica para conocer a Guillermo.
Cuando se la presentan a este, él ni siquiera la mira. No quiere hablar con nadie, ya está harto de intentar hacerse entender. Solo quiere morir.
Pasa el tiempo. Justo cuando estaban a punto de tirar la toalla, Kaori consigue captar el interés de Guillermo y comenzaron a conversar.
Se hacen amigos.
Kaori, por sugerencia de los médicos, para la adaptación de Guillermo al mundo actual se pone a enseñarle los electrodomésticos actuales y los inventos que utilizamos a diario como la luz eléctrica, la televisión, el teléfono...etc. Al verlos Guillermo alucina.
De este modo se suceden un montón de situaciones cómicas entre Guillermo y Kaori, lo cual hace que se enamoren.
Cuando ya no extraña tanto la vida actual, Kaori le enseña historia desde el siglo 16 hasta la actualidad.
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Guillermo entristece. No comprende como los hombres han podido hacer tales atrocidades como las ocurridas durante la 2ª guerra mundial, entre otras. Guillermo juzga la sociedad actual, el desastre ecológico, el mal estar social, la política, el egoísmo, la falta de humanidad y todo lo demás viéndolo desde su punto de vista. Se da cuenta de lo horrible que es nuestra sociedad y le entristece mucho al ver en que ha acabado el mundo. Su mundo ya no existe, está olvidado y perdido.
Kaori y Guillermo están cada vez más unidos. Guillermo quiere salir de la clínica y vivir junto a Kaori tal cual le hubiera gustado hacer con la princesa Aiko, la cual sigue presente en su memoria y sus sueños. Pero para eso Guillermo debería ser considerado como una persona más.
Cuando Kaori insinúa su relación con Guillermo a los médicos, estos le prohíben volverlo a ver. Para ellos Guillermo es una rata de laboratorio. Ellos lo han devuelto a la vida por lo tanto lo consideran una propiedad.
Guillermo intenta hablarlo con ellos, pero estos no lo escuchan. Se pone nervioso y se enfrenta a ellos. Lo encierran.
Al cabo de un mes, forzando la seguridad de la clínica, Kaori entra y saca a Guillermo de ahí. Guillermo junto a Kaori se mueven por la ciudad. Guillermo alucina con el Tokio moderno. Huyen al campo, a una pequeña casita rústica que tienen los padres de Kaori junto a un lago en un valle lejos de todo.
Los médicos enloquecen de rabia. La prensa informa al mundo por los telediarios de la huída de Guillermo.
Los médicos envían a su ejército privado de seguridad para encontrar a Guillermo y Kaori. Dicho ejército tiene las órdenes de matar a Kaori y devolver a Guillermo a la clínica. En caso de no ser posible, deben matarlos a los dos.
Por otro lado Guillermo y Kaori empiezan a vivir felices en ese rincón perdido del Japón actual.
Guillermo cree que los dioses han perdonado sus errores pasados al haberle concedido esta segunda oportunidad. A pesar de que nunca se ha sentido bien en ningún sitio, cree haber encontrado un rinconcito en el mundo para él.
Desgraciadamente su felicidad no duraría demasiado.
El ejército de la clínica encuentra la casa en la que viven Kaori y Guillermo.
Estos les atacan. Guillermo se defiende salvajemente. En los días anteriores Kaori le enseñó el manejo de algunas de las armas de fuego actuales. Guillermo usa sus artes marciales y algunas armas de fuego para combatir al ejército.
Les queman la casa. Guillermo mata a todos los que atentaban con su vida y la de su amada. Guillermo y Kaori se abrazan felices. Desgraciadamente un hombre seguía con vida. Este con sus últimas fuerzas antes de morir dispara por la espalda a Guillermo mal hiriéndolo. Acto seguido muere.
Guillermo cae en brazos de Kaori. Se está desangrando y nada ni nadie puede detener su hemorragia. Kaori lo abraza fuertemente mientras a Guillermo se le va la vida.
Se besan y se vuelven a declarar su amor.
Guillermo es feliz por haber tenido esta oportunidad de amar a alguien. Su vida siempre fue muy dura y cuando creía haber alcanzado la felicidad, aunque fuese en un mundo distinto al que le vio nacer, cae muerto por el fuego del odio, el egoísmo y la maldad.
Guillermo muere en los brazos de Kaori con una sonrisa en la cara viendo la luz al final del pasillo donde le está esperando Aiko.
Kaori llora desconsolada mientras lo abraza.
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EN OCASIONES, POR MÁS QUE LUCHAMOS, LA FELICIDAD ES INALCANZABLE Y CUANDO NOS LLEGA ES LA MUERTE NUESTRA AUTÉNTICA LIBERADORA DE ATADURAS, LA ÚNICA QUE NOS PERMITE LA FELICIDAD ETERNA............
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ESTA HISTORIA MUESTRA LA LUCHA Y EL SUFRIMIENTO DE UN HOMBRE POR ENCONTRAR UN SITIO EN EL MUNDO DEL QUE FORMAR PARTE, AL QUE LA FORTUNA LE PERMITE VER EL FUTURO DE LA HUMANIDAD, PERO DESGRACIADAMENTE ESE FUTURO ES CONTRARIO AL FUTURO SOÑADO POR NUESTROS PADRES, EL MAÑANA MEJOR ES UNA PESADILLA DE ODIO, EGOISMO Y EGOCENTRICIDAD QUE LLEVA A LA HUMANIDAD DE CABEZA A LA AUTODESTRUCCIÓN. LA SANGRE VERTIDA POR TODOS LOS QUE YA HAN MUERTO QUE DESEABAN UN MUNDO MEJOR NO CONSIGUIERON QUE SUS HIJOS VIVIERAN EN UN SEGUNDO EDÉN, SINO EN UNA JUNGLA DE AUTODESTRUCCIÓN.

Fín/the end 2007.
Escrito por: BRUCE HIDALGO.