Friday, December 28, 2007

LA TERCIA..-

Cabría preguntarse por qué una de las calles más importantes de Castro del Río lleva por nombre La Tercia. No es habitual que ese nombre lo encontremos en ciudades o pueblos vecinos, o en otros lejanos que hayamos podido visitar. ¿Por qué en nuestro pueblo si, y en otros no?
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En la Revista de Feria del año 2006 escribí un artículo en el que citaba el de Andalucía en la Historia de Abril de 2004 firmado por Juan Eslava Galán con el título Los Templarios en Andalucía. Ahí aparece Castro del Río como uno de los pocos lugares de Andalucía donde esta Orden estuvo establecida.
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En la estructura orgánica de la Orden del Temple, La Tercia, o Preceptoría, fue la unidad básica y se formaba con un mínimo de tres Hermanos.
Bajo la tutela y responsabilidad de cada Hermano había otras personas, Escuderos (postulantes menores), Sargentos (postulantes mayores) y los sirvientes que eran contratados, o que voluntariamente se apegaban a los Caballeros.
La fama de creación de riqueza y de buen trato dado a los subordinados (por parte de la Orden del Temple) era tal, que en plena época feudal y de vasallaje, la pugna por situarse junto a estos, y estar a su servicio, era grande.
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¿Derivará el nombre de la calle La Tercia del establecimiento o estancia de la Orden en nuestro pueblo? Se puede pensar que si, y si alguien tuviera datos que nos hicieran pensar otra cosa, sería bueno conocerlos.
¿Podrían haber tenido su sede, su cuartel, en esa calle? Se sabe que en torno a cada Caballero solía formarse un grupo de hasta diez personas, por lo que si en Castro del Río se creó una Tercia de tres, cuatro, o cinco Caballeros, el grupo humano pudo ser considerable, de entre treinta y cincuenta personas.
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Cuando el número de Caballeros llegaba o superaba a nueve, la estructura pasaba a ser una Encomienda, y si de estas había tres o más cercanas entre ellas, territorialmente se agrupaban en una Bailía o Bailiazgo. Por encima estaba el Priorato, y en la cúspide el Priorato Magistral.
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En España hay pueblos, barrios, comarcas y sierras que llevan La Tercia como parte del nombre y que son claramente Templarios: Golpejar de la Tercia; Millaró de la Tercia; Poladura de la Tercia; Rodiezmo de la Tercia; San Martín de la Tercia; Velilla de la Tercia; Ventosilla de la Tercia, Villanueva de la Tercia; (...) barrios como el de la Tercia, en León; comarcas cómo La Tercia del Camino, o sierras como la de La Tercia. Pero no están en Andalucía, sino bastante más al norte.
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Sabemos que los lugares donde se asentaron o situaron los Templarios no fueron elegidos aleatoriamente,* y es coherente pensar que si entre los muchos territorios tomados por Fernando III en sus campañas, la Orden del Temple eligió Castro del Río para asentarse, alguna razón de peso debió tener.
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En el lenguaje popular de nuestro pueblo se suele utilizar la palabra “tercio”, o “tercia”, para enaltecer, elogiar, resaltar, ... las cualidades, capacidades o aptitudes de las personas.
A quien destacaba por fuerte (es un ejemplo) se le añadía que era “un buen tercio” cuando de esa cualidad se hablaba, y lo mismo se hacía cuando alguien sacaba buenas notas en sus estudios, o era capaz de beber mucho sin doblar, etc., etc.
He dado muchas vueltas por España, pero la utilización de esta palabra en esos contextos, sólo la he escuchado en nuestro pueblo.
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El nombre de La Tercia, dado y conservado en una de las calles importantes, puede parecer que no fue considerado peligroso por quienes a lo largo de los siglos (desde el XIII hasta nuestros días) y desde el poder** quisieron borrar cualquier huella de la Orden del Temple.
También parece que en la memoria popular quedan secuelas de ese Legado Templario, que no las han podido erradicar pese al ocultamiento, por eso seguimos utilizando eso de “... que buen tercio eres ...”
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Es como para alegrarnos de todo ello y como para sentirnos orgullosos de nuestro pasado Templario.

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Por José Navajas Moreno
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* La elección de los asentamientos de la Orden del Temple son resultado y consecuencia del conocimiento que tenían de la naturaleza y de las Leyes Cósmicas. Supieron captar la energía y vibraciones de la Tierra, las llamadas corrientes telúricas, y aprovecharlas en su beneficio.
A veces, esos lugares eran los que ya habían sido elegidos por otras culturas anteriores que tenían el mismo conocimiento.
Hay lugares que aportan paz y sosiego, y otros que erizan el cabello. La ciencia actual lo explica diciendo que son cargas electromagnéticas o telúricas. Pulsaciones electromagnéticas que recorren el planeta, concentrándose o dispersándose en función del relieve, la conductividad del terreno, la presencia de aguas subterráneas, etc. Son las terminaciones nerviosas de la Tierra y esos son los lugares donde mejor se captan sus energías.

** Es lógico pensar que dos de los grandes poderes en La Tierra (el político y el religioso) se unieran para eliminar físicamente primero, y de la historia y la memoria después, a la Orden del Temple. Les molestaba.
Los Templarios creían imprescindible luchar para cambiar las cosas del mundo. El objetivo era llegar a una paz universal y acabar con las guerras y las injusticias, muchas de ellas cometidas por las religiones. La estrategia a largo plazo era facilitar el advenimiento de un orden nuevo, la Sinarquía, un reino de la dinastía Davídica, (piénsese que nos encontramos en los siglos XII y XIII), el Reino de Dios de algunas profecías bíblicas, una sociedad en la que la justicia y la armonía estuviesen por encima de las monarquías existentes, los estados, el Islam y la Iglesia.
Los Templarios tendrían asignada la función de guardianes de ese nuevo orden, pasando por encima del egoísmo de reyes y papas.
Conociendo la verdadera vida, obras y enseñanzas de Jesús de Nazaret y las razones de su encarnación, así cómo el autentico origen del cristianismo, los Templarios rechazaron la Iglesia de Pedro y Pablo y se declararon Juanistas, de lo que dieron continuo testimonio.
En Octubre de 2007, con perplejidad hemos asistido a una nueva “ceremonia de la confusión” en una liturgia oficiada desde el vaticano. La aparición y publicación del llamado “Documento de Chinon”
Huele tan mal lo que han dicho, que hasta al despacho donde me encuentro llega el pestilente hedor del nuevo intento de manipulación. La reproducción del susodicho pergamino, vendida cada una de sus copias al módico precio de 5900 €, ¿¿ ufff??; apareció de forma extraña en unas estanterías de los sótanos del vaticano donde alguien lo había olvidado, ¿¿ufff??, datado en 1308, ¿¿ufff?? ... y hay más ¿¿ufff??
Algunas de las verdades históricas incuestionables son: que Jacques de Molay (último Gran Maestre) fue asesinado en 1314, aunque el Documento de Chinon aparezca datado en 1308; que una bula de ese papa (Clemente V) abolió la Orden; que los bienes y propiedades de la Orden fueron repartidos a la conveniencia del poder político y religioso; que los mensajes dejados en los Templos (proporciones, orientaciones, esculturas, capiteles, columnas, bóvedas, criptas ...) fueron convenientemente alterados por la jerarquía católica para que su mensaje y contenido, las enseñanzas en definitiva, no pudieran ser percibidos por los seres humanos; etc. etc.
A punto de entrar en 2008, la única beneficiada de esa pretendida y manipulada rehabilitación es la iglesia católica, cómo lo fue hace unos años con la rehabilitación deGalileo Galilei, que tampoco necesitaba de rehabilitación alguna, y que también tuvo una única beneficiaria, la misma institución. Un intento de lavado de cara desde la perspectiva histórica.